Una de las repercusiones más impactantes de publicar el libro de Alba fue la auténtica avalancha de mensajes que recibí. Durante los primeros dos años me llegaban una media de cinco o seis mails cada día. Eso suponía un reto emocional importante, porque volvía a plantear de forma instantánea la pérdida y el duelo. Y al final te acababa por agotar.
Pero al mismo tiempo suponía algo esperanzador. Era como si de esa manera, compartiendo nuestra experiencia con un montón de personas desconocidas, todo lo sucedido tuviera un sentido. Y fuera más allá. Ayudara a mucha gente.
A Alba le hubiera encantado.
Tengo tres carpetas llenas de mensajes. Estos son algunos de los primeros
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Hola Carlos
Gracias a Alba y a ti por regalarnos este viaje de luz y esperanza.
Besos. Nerea
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Estimado Carlos:
Me llamo Salvador. Soy un lector apasionado y un escritor vocacional (hasta la fecha, he publicado 12 libros, tres novelas, ocho de psicopedagogía divulgativa y un volumen de relatos).
Me dirijo a ti para expresarte mi admiración y agradecimiento. Ha sido un privilegio gozar de la terrible y, a la vez, maravillosa experiencia vivida junto a tu hija. Has leído bien, Carlos. He escrito ‘gozar’. No se trata de un error. He sentido un placer sublime leyendo el emotivo libro. El placer del lector que lee un texto que lo revitaliza por dentro, que ensancha su horizonte mental y espiritual.
Hablaré de Alba a amigos y familiares, Carlos. Te lo prometo. Si morir es perderse en el olvido, tu hija no morirá para este humilde lector. Alba siempre tendrá 22 años. Gracias por regalarme tu iluminadora experiencia. Hasta siempre.
Un abrazo. De todo corazón.
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Apreciado Sr. Garrido:
Leer su libro sobre Alba ha sido recorrer las páginas como si se deshojaran los pétalos de una gran flor. Una profunda tristeza me ha obligado a ser lento en mi lectura, aplazándola incluso de un día al siguiente para madurarla, para frenar de algún modo el tiempo que se escapa, sintiendo un nudo en la garganta al coger de nuevo el libro, intentando retrasar un desenlace tan evidente como no deseado.
Finalmente, tras la caída del último pétalo descubres que la flor esconde una mariposa que emprende el vuelo, libre de su flor, en busca de nuevos jardines. Y comprendes que todo, hasta el final, puede ser bello.
Busqué el libro desde que fue comentado en prensa. Por fin apareció: “Lo acabo de leer. Es un libro que te cambia la vida”, me dijo la librera.
Tiene razón; Alba nos acompañará desde ahora con sus 22 años. En cada lector encontrará un nuevo jardín donde dejar su rastro.
Hasta siempre.
Luis
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Hola Carlos: sólo decirte que este fin de semana lo he dedicado a Alba y a ti, me habéis enamorado. Te felicito por este maravilloso libro, fruto del amor. De verdad que seguro que Alba está muy orgullosa.
He llorado con el libro, me emocionaba ver a Alba luchar por su vida y siempre aguantar la compostura. Es cierto lo que dices, no importa los años que vivas si los vives con la fuerza con que lo hizo Alba.
Isa
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¡Simplemente gracias! ¡Tengo dos hijas y gracias a Alba y a ti las quiero todavía más!
Jorge
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Por mi profesión he tenido contacto con la muerte física y con la muerte psíquica infinidad de veces. No entiendo el proceso de la muerte, mejor dicho no lo entendía, ya que después de leerte y sin saber muy bien por qué el misterio de la muerte se ha transformado para mí en «sensación de vida».
¡Tu hija Alba! Con una vida tan llena como ha tenido, enseñando a todos los que la rodeaban incluso a su propio padre el valor y la decisión por la vida, ha sido capaz de transmitir incluso a mí que no tuve la suerte de conocerla el sentido de la vida.
Tú con tu libro, como vehículo de su filosofía, has sido capaz de abrir las puertas de la esperanza a miles de personas que en una situación parecida no encuentran salida a su desesperación. Te felicito por tu capacidad de transmitir tantas cosas bellas.
A.